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En estos últimos cinco años (o tal vez un poco más) el mercado de valores ha mostrado un excelente desempeño. Y, salvo contadas excepciones, como durante la debacle sobre la deuda estadounidense en el verano de 2011, cuando el índice S&P 500 bajó 17% en solo cuatro semanas, el mercado siempre ha vuelto al redil. En aquella ocasión, el acuerdo que firmó el Congreso estadounidense para elevar el techo de endeudamiento zanjó la crisis bursátil, y desde entonces, ningún retroceso del S&P ha superado el 10%.
Este aire de invencibilidad que envuelve al mercado alcista, que también ha contado con oportunidades y buenas razones para corregir, no hubiera sido posible sin el respaldo de la Reserva Federal, la autoridad monetaria que durante esos mismos cinco años estuvo encargándose de comprar activos de riesgo de manera continua. Sin embargo, la munición se está acabando, y muy pronto, tan pronto como el próximo mes de octubre, la Fed dará cerrojazo a las compras de deuda, aunque después de zanjar la relajación cuantitativa (EQ) y durante un tiempo considerable, ha prometido seguir con su política de tasas de interés cero por ciento.
Ninguna política ha sido más eficaz que ésta a la hora de garantizar la búsqueda de rendimientos o promover la mentalidad de comprar en caídas, manteniendo en jaque los retrocesos cuando abundaban las malas noticias. Sin embargo, las reglas del juego están a punto de cambiar, y el mercado de futuros de los fondos federales señala un 75% de probabilidades de que la primera subida de tasas se produzca en julio de 2015.
La Fed ha dicho en varias ocasiones que los datos económicos serán la guía de su política monetaria, y a juzgar por la bonanza económica registrada en el segundo trimestre, quizás la visión de las tasas de interés cero se esfume antes de lo previsto, algo a lo que el mercado en anticipación ha empezado a reaccionar.
Manteniendo esta línea argumental habrá que descifrar a partir de ahora los informes que lleguen al mercado, y entre los que esta semana particularmente sobresale la balanza comercial de bienes y servicios, cuyo déficit se espera en 44.400 millones de dólares en julio, igualando prácticamente el del mes previo, y las solicitudes semanales para el cobro de subsidios por desempleo correspondientes a la semana finalizada el 2 de agosto, con una previsión de 300.000 reclamos.
Otros informes destacados a seguir son la productividad del segundo trimestre y el ISM de Servicios. Respecto a la eficiencia de los trabajadores estadounidenses, en el segundo trimestre se espera un repunte tras caer en -3,2% durante los primeros tres meses del año: en cambio, los costos laborales se dispararon 5,7%. En cuanto al ISM de Servicios, el consenso del mercado prevé una lectura de 56%, sin cambios respecto a la registrada en junio, la cual reflejó una leve moderación de la actividad respecto a los meses previos. Pese a todo, el sector servicios, que representa más de tres cuartas partes de la economía estadounidense, acumula más de cuatro años de expansión.
Por otra parte, los inventarios mayoristas, componente clave de los cambios del , mostrarán un incremento de 1,03% en junio, de acuerdo con las previsiones de los expertos.
Asimismo, los reportes empresariales en los próximos días se concentran entre las empresas de medios de comunicación y entretenimiento comenzando por Walt Disney (DIS), seguida de la líder del sector Time Warner (TWX), Cablevision (CVC), Liberty Media (LMCA) y Viacom (VIAB).
Mónica Coronatti, Editora Sala de inversión América
03:14 minutes
Tags: Producto Interior Bruto, acciones, cablevision, costos laborales, fed, ism servicios, liberty media, mercados, reportes, salacom, tasas interés, viacom, wall street